¿He oído que pintáis casas, Piticlers? Muy buenas las de Dios, amiguis del C I N E. Así, en mayúsculas. Y lo digo así porque de eso vamos a hablar hoy, de CINE del grande, del ¿Bueno?, del que, más allá de donde se haya estrenado, no pierde su categoría. Y eso es El Irlandés.
Voy a ser muy subjetivo (más de lo habitual, me refiero, que ya sabemos todos de quién es este pequeño rincón oscuro), porque no necesito, ni quiero ocultar mi querencia por el cine de gánsters (no sólo de superhéroes, Hobbits y demás frikadas vive este Piticli). Ahora es cuando los alumnos aventajados dirán que claro, voy a hablar de Uno de los Nuestros como una de mis películas del género favoritas. Y sí, pero no (volveremos a ella luego), mi pasión por este género se remonta a Al Rojo Vivo con el mejor James Cagney que ha habido jamás (White Heat, en inglés. Ya tardáis en recuperarla). Y aun siendo El Irlandés una película que ya venía con mucho ganado, quiero dar las gracias al Sr. Scorsese por haberla estrenado en cines; sí, ya sé que no lo ha hecho por mero altruismo, de esta manera la película puede optar a miles de premios más, incluidos los Óscar... Pero también da la oportunidad de verla como Billy Wilder manda, esto es, en pantalla grande.
Porque es cine del de antes, cine del que merece la pena (sin desmerecer nada de lo que se está haciendo ahora) perderse en la butaca y en la oscuridad con el haz de luz flotando por encima de tu cabeza... Para disfrutarlo en una sala de cine. La película, no voy a ser muy cansino con esto, gente más letrada que yo ya la ha bendecido, tiene sus (todos) los méritos en dirección, montaje, producción, interpretación (muchos dirán que con buena pija bien se jode, pero hay que hacerlo, ponerlo todo junto y que funcione BIEN, y nadie coctelea estas cosas como Scorsese) y está, efectivamente, a la altura (para mi incluso más arriba) de Uno de los Nuestros.
Pero repito que para mí lo importante aquí es, aparte de optar a los Óscar, la oportunidad de disfrutar esta película de un modo que creo que la propia realización pide. ¿Se puede disfrutar perfectamente desde el salón de tu casa? Por supuesto que sí. Pero en mi opinión esta película es de las que pide que al acabar te restriegues los ojos cuando se encienden las luces, te arremetas el abrigo al salir del cine y te vayas con tus acompañantes a tomar algo y a volver a disfrutar de lo que habéis visto en una buena charla.
¡Nos vemos cuando se apaguen las luces, Piticlers!