¡Seguidnos, Piticlers, conocemos el camino! (A quien adivine sin googlear de qué película es esta frase final le mandamos un huevo-de chocolate-de nuestro nido).  

Aquí estamos, quitándonos el polvo (porque echar... Poco...) y las telarañas del camino para traeros la review de nuestra segunda parada en esta rutilla express alicantina del 10 de Octubre. Aquí las señales del mapa nos llevaron hasta Coco Room Alicante para poder desentrañar el misterio de Yucatán: El Último Templo, una sala que no tendría problemas para cierto profesor de Arqueología, pero como todo lo que Coco Room hace, trae buena diversión y su sello particular. Así que calaos bien el fedora, coged el diccionario Maya-Valenciano Valenciano-Maya y vamos con nuestros arqueológicos parámetros. 

 

TRATO: 

El avión tarda 3 PUNTICLIS en llegar. 

 

Trato correctísimo y afable, marca de la casa Coco Room, esta vez llevado más allá por Isabel, nuestra GM, que nos hizo sentir mejor que unos estudiantes con beca, donde lo único que “falló” (sin ser culpa de nadie) es no tener todo el tiempo que quisiéramos de estar hablando y comentando. Pero es lo que el mundo pandemia y sus limpiezas entre sesiones nos ha dejado, qué se le va a hacer.  

 

AMBIENTACIÓN: 

Revisamos los mapas y los diarios de nuestros malogrados compañeros con otros 3 PUNTICLIS. 

 

Gran labor de nuevo por parte de Isabel desde el minuto cero, introduciéndonos en la historia y creando el ambiente idóneo para entrar ya en la aventura más dispuesto que Indy dando un salto de Fe. Aunque permitidnos que nos pongamos un poco en plan cuñado (al fin y al cabo, es nuestra review y nuestra opinión en ese momento concreto), ya que todos coincidimos en que quizás, sobre todo contando con lo que vendría y veríamos luego, se le podía sacar más a este punto. ¿Cumple su labor? Totalmente; ¿Esperábamos más? Siempre. 

 

ATREZZO/DECORADO: 

Damos un salto de 5 PUNTICLIS para evitar el foso con estacas. 

 

La sala da lo que promete, dándote siempre la sensación de estar en el interior de un antiguo templo y, lo que es más importante, nada te suena a (perdonadnos la expresión) decorado del bazar chino de la esquina. Todo muy logrado e integrado, perdiendo a veces la noción de lo que llevas recorrido y visto y con alguna sorpresa agradable que hace que la sala se convierta en un elemento más, por no decir en un jugador más. 

 

JUGABILIDAD: 

Cabalgamos hacia la puesta de sol junto a los últimos 4 PUNTICLIS. 

 

Enlazando con el punto anterior, los juegos y enigmas van en total consonancia con la temática y lo que vas viendo/tocando/sintiendo, haciendo que sea una sala muy divertida de jugar. Si no se lleva, aquí la máxima puntuación es por una cosa en concreto (siendo muy tiquismiquis) que nos pareció muy tecnológica en un templo antiguo, y porque, por mucho protocolo de limpieza que haya, consideramos que un zurroncito de tela que puedes luego dejar tendido después de rociarlo y que se seque es una solución más que plausible para la cantidad de objetos que en un momento dado has de acarrear por toda la sala. Pero lo dicho, aún con todo, muy disfrutable. 

 

En definitiva, una sala muy recomendable para escapistas en general que quieran disfrutar de la sala en sí más que ir a romperse la cabeza y en particular para todes les que quieran sacar el Tadeo Jones que llevamos dentro. 

 

No queremos irnos sin agradecer y dedicar a Coco Room Alicante y en especial a Isabel (nuestro nido es tu nido), a los que cada vez que pasáis de una a otra habitación en una sala de escape gritáis “¡Whualah!” (la sonrisa del GM en ese momento no tiene precio), a los que pensáis, con muy buen criterio, que de Indiana Jones sólo se hicieron tres películas y a los que seguís viendo Dora la Exploradora con la esperanza de que Swiper consiga robar de una vez. 

 

¡Hasta la próxima, Piticlers!