Así que allá que nos fuimos, hacia la capi, montados en el PiticliMobile y no pudiendo evitar ir haciendo comentarios sobre lo bien (o lo mal) que iba a estar. Habíamos estado leyendo reviews y opiniones desde que el escape abrió sus puertas, y si bien al principio eran bastante malas y lo ponían por los suelos, las que nos llegaban ésta última semana dejaban camino a la esperanza, ya que hablaban de cómo había mejorado el tiempo de espera y la calidad en sí del juego.
Lo primero que hicimos al llegar a Madrid, como mandan los cánones, fue meternos entre pecho y espalda un cocido madrileño que no se lo saltaría Esperanza Aguirre ni en coche, hecho con mucho amor, cortesía de nuestra familia favorita: Patri, David, Lucia y Álex quienes ya se ganaron un sitio en nuestros corazones piticlis éste verano cuando tuvimos la suerte de conocerlos, y acabaron de hacer ese sitio suyo con contrato renovable a cincuenta años después de éste nuevo encuentro. Os esperamos en Valencia más pronto que tarde, chicos.
Con fuerzas renovadas y un poder calórico en nuestro interior superior al peso atómico del Vanadio, nos dirigimos al WiZink Center, superando el que para nosotros fue el primer escape room del día: El tráfico de la capital y la búsqueda de un parking. Saliendo victoriosos, entramos por la puerta que da justo enfrente de La Casa de Moneda y Timbre (la verdad es que los muy pillines de ATRESMEDIA no podían haber buscado un emplazamiento mejor) y fuimos al lío.
Empezaremos diciendo que no sabemos realmente de primera mano de nadie conocido cómo fueron las primeras sesiones cuando abrieron al público, si realmente fue tal el caos y malos juegos como dice la gente en comentarios aquí y allá... Para nosotros la experiencia fue muy positiva (SPOILER FREE): Entramos casi directos, tras esperar menos diez minutos y dejar las cosas en guardarropía, te dan una pegatina con la que te definen en el grupo en el que vas a ir, porque entramos juntas más de 100 personas. Ahí es nada. Y una vez divididos en grupos de unas 25, empieza la experiencia propiamente dicha. Muy bien ambientada, la experiencia inmersiva es notable, con trabajos actorales que hacen todo llegue más y, aunque la primera parte de la experiencia puede dar un poco sensación de todos a una y gallinero, Luego la historia está lo suficientemente bien construida para que los grupos vayan siendo cada vez más pequeños hasta llegar al ideal de 5 ó 6.
Todos en el mismo sitio, sí, pero por razones que cuando lo hagáis veréis obvias y porque cada pequeño grupo tiene su función y sus enigmas que resolver. El final muy acorde con el espíritu de la serie y, en definitiva, de la sala. Está diseñada para que todo el mundo salga, pero no todo el mundo tiene porqué salir con “premio”. 😉
Una muy buena experiencia que hizo que el viaje mereciera la pena, donde vimos una buena organización para manejar algo tan grande por parte de ATRESMEDIA, ENIGMA EXPRES y de todo el equipo detrás de este escape. Si no eres fan de la serie, lo vas a disfrutar. Y si lo eres, ya vas a estar más feliz que el Comisario Villarejo con una grabadora nueva.
No queríamos dejar esta crónica, sin volver a hacer mención a la puntilla del día, que fue visitar a los amigos de A Maze in 60 en Boadilla del Monte, y su genial sala Inframundo (de la que sí tenéis review como Dante manda). Grandísimos profesionales que van a dar mucho que hablar.