LA FÁBRICA ALTEA ESCAPE ROOM
¿Cómo estamos, Piticlers?
Aquí volvemos con ánimo renovado para relataros nuestra última parada en Altea este pasado mes de mayo, visitando otra de las salas que teníamos pendientes de La Fábrica Escape Room Altea. Spoiler: Nos podría haber gustado más. Mucho más. Quizá por eso hemos estado un tiempito más largo de lo usual sin escribir, porque nunca es agradable, al menos para nosotros, el decir cosas no tan buenas como habitualmente estamos acostumbrados de algo que, independientemente de todo, sabemos que tiene un trabajo detrás. Pero todo tiene su cómo y su porqué, así que aseguraos de que la linterna tiene pilas, que la bolsa del botellón tiene todo lo necesario y vamos con nuestros crípticos parámetros.
TRATO:
Entramos rompiendo el candado a golpe de 2 PUNTICLIS.
No hace falta insistir más de lo que se ha insistido en la importancia de este punto, y somos muy conscientes de que cada empresa tiene su manera de recibir y “situar” al grupo... Pero que la charla post-juego se reduzca, después de intentar, sin éxito, comentarle al GM algunas cosas que no teníamos claras (que comentaremos más adelante), a un “Bueno, pues si ya conocéis o habéis jugado nuestros otros juegos, ya podéis recoger las cosas...”; Pues es más anticlimático que la sirena de La Isla de las Tentaciones, qué queréis que os digamos.
AMBIENTACIÓN:
Empezamos a preparar el botellón con 3 PUNTICLIS.
Una puesta en escena correcta, con lo justo para situarte en el cómo y el porqué de esta Cripta (no tan) 2.0 y para que el grupo entre ya con cierto grado de “¿Qué me voy a encontrar ahí dentro?”. ¿Cumple su función? Sí. ¿Se podría haber hecho (mucho) mejor? Por supuesto.
DECORADO/ATREZZO:
Queremos grafitear las paredes... Pero ya están grafiteadas con 3 PUNTICLIS.
Lo que ves y lo que se te presenta da, en efecto, la sensación de estar en una cripta (o algo parecido). Como no habíamos jugado la versión anterior no sabíamos en qué había podido cambiar o mejorar, aunque luego, hablando con gente que sí que la jugó o ha hecho ambas, parece que el espacio y su distribución no ha cambiado de una versión a otra. Lo que sí notamos, y esto hila con el siguiente punto, es que había elementos que se notaba claramente que formaban parte de juegos de la versión anterior que ya no estaban presentes, lo que aturullaba un poco el conjunto.
JUGABILIDAD:
Otra noche de resaca con 3 PUNTICLIS.
Volviendo al hilo anterior, hubo al menos un par de ocasiones en que seguíamos elementos de juegos que ya no estaban por ser de la “versión anterior”. Si eliminas juegos o los modificas, estaría bien que eliminaras o modificaras todos los elementos de ese juego para que no llevara a equívoco al solventar los puzles de la “nueva versión”... Eso, unido a un GM que pensamos que no estuvo en su tarde más acertada para llevar la partida, así como un par de cosas que fallaron (esto último puede pasar en las mejores familias, claro, pero cuando todo suma...) hizo que la experiencia nos dejara a todos los piticlis un saborcete a gusano rancio en el pico.
En definitiva, una sala de la que pensamos que se puede sacar mucho más y de la que esperamos que pulan esas pequeñas cosas que la pueden hacer bastante más disfrutable.
No queremos despedir esta vuestra review sin antes dedicarla a La Fábrica Altea escape Room, a los que pensáis que hacer botellón en un cementerio es molón (ya creceréis, ya), a los que sois más de nicho que de tumba (el adosado perfecto) y al Guardián de la Cripta, que tantos buenos relatos de terror nos ha contado.
¡Hasta la próxima, Piticlers!