ROMMEL ESCAPE ROOM
¡Sieg Heil, Piticlers! (Saludamos así porque tenemos que disimular, por lo de ser espías y eso; repítase en voz alta, mirando al infinito y con cara de estar aguantando la caca mucho rato).
Venimos sigilosa y subrepticiamente a traeros la review de nuestra última aventura, haciendo cosas nazis, en Rommel Escape Room y su gran juego Gestapo: Asalto al III Reich, donde lo pasamos mejor que Val Kilmer en Top Secret (toma referencia ochenter viejuna). Así que esconded cualquier identificación oficial, dejad a otro compañero la carta a vuestra novia (imaginaria) para que se la haga llegar si no volvéis y vamos con nuestros marciales parámetros.
TRATO:
Nos ponen al corriente de la misión con 3 PUNTICLIS.
Charlas post-juego de las que no quieres que acaben. Eso, unido al saber hacer de Gustavo (auténtico mariscal de campo de esta sala) en los contactos previos hizo que estuviéramos más a gusto que estando de permiso después de un mes sin salir.
AMBIENTACIÓN:
Elaboramos el plan de ataque con otros TRES PUNTICLIS.
Gran puesta en escena desde el minuto cero que hace que te calientes más que el mechero compartido del regimiento. Que nos gustara y que sirva a su propósito no quita para que, sin desmerecer el conjunto, haga que te quedes quizás con ganas de más, en un punto que estos últimos tiempos está cobrando una importancia vital, sobre todo en salas de nuevo cuño.
ATREZZO/DECORADO:
Revisamos el equipo con 5 PUNTICLIS.
Entramos en materia gorda, ya. Se nota que Gustavo, su creador, es un gran fan de este período histórico en concreto y que además tiene más gusto que Carolina Herrera, porque todo lo que te encuentras en el juego (mucho de ello conseguido “in situ” en localizaciones históricas) tiene ese sabor añejo a historia viva, que hace que la inmersión sea aún más completa.
JUGABILIDAD:
Nuestro coche sale zumbando mientras detrás nuestro se produce una explosión de 5 PUNTICLIS.
Sala a la que no denominaríamos “clásica”, pero sí muy “de buscar”, de no perderte detalle (que los tiene, y muchos) y en los que todos los jugadores tienen cosas que hacer y aportar, y todo integradísimo con la temática y momento histórico. Tan disfrutable y fluida como un desfile de la Victoria. La nuestra. 😋🐦
En definitiva, una sala que a nuestro parecer debería tener más reconocimiento, muy disfrutable y que hará las delicias tanto de soldados rasos como de oficiales en esto del escapismo.
No queríamos despedir esta vuestra review sin antes dedicar y agradecer a Gustavo de Rommel Escape Room (todo un placer, deseando que nos metas en El Sótano), a las playas de roca que hacen que no parezcas una croqueta andante, a Doce del Patíbulo (los 7(+5) Magníficos de la 2ª Guerra Mundial) y al Canal Historia (¿Para cuándo un documental de aliens nazis?)
¡Hasta la próxima, Piticlers!