Saludos Piticlers!

Esta review, es un poco diferente, ya que es de algo distinto de clásicas Escape rooms a las que estamos acostumbrados a jugar, y es que, el Pub/Bar  “La Gramola” de Benimaclet, ha tenido la valentía y el buen gusto de lanzar, a modo prueba, un juego de escape, como jugábamos en casa, para allá que fuimos a probarlo más rápidos que Usain Bolt subido en el correcaminos. Si quieres saber qué tal fue la experiencia, acompáñanos a bordo de nuestros conocidos Parámetros.

TRATO:

Queremos premiar el buen hacer con la máxima puntuación de 5 PUNTICLIS.

Se nota que la gente de la Gramola lleva mucho tiempo con su negocio. No solamente en el buen trato con el cliente, sino también en la atmósfera que han conseguido crear, a base de buen gusto decorativo, música agradable, cómodos asientos y un amplio abanico de productos y servicios. 

Antes de comenzar la partida, nos obsequiaron con un bombón de chocolate; y mientras jugábamos y consumíamos, no vimos un afán de ganas de recaudar dinero a base de nuestras consumiciones, sino que más bien, quisieron que estuviéramos a gusto, disfrutando de la vedada y que consumiéramos cómo y cuándo quisiéramos. Además, al finalizar el juego, estuvimos hablando con Alejandro Portaz (quien estaba detrás de todo este tinglado) sobre aspectos del juego y estuvo interesado en todo lo que le comentamos. 

 

AMBIENTACIÓN:

Concedemos 4 PUNTICLIS.

Era complicado ambientar el juego en un bar en el que no está cerrado al público específicamente para el juego; no obstante, se notan las tablas en el escenario de Alejandro quien nos metió bastante bien a todos en situación (en el escenario tiene más tablas que el barco de Chanquete).   

ATREZZO/DECORADO:

les damos 3 buenos PUNTICLIS.

La ambientación en sí, era la habitual de la Gramola, a excepción de alguna pista incorporada o colgada por el entorno; No obstante, dada la historia del  juego, no quedaba mal. 

JUGABILIDAD:

Obsequiamos 3 merecidos PUNTICLIS por el derroche de imaginación y planteamiento de las pruebas.

Aquí es donde llegó el gran hándicap para realizar el juego, y es que quizás éramos demasiada gente realizando pruebas comunes, con objetos comunes, y pese a que los acertijos y juegos estaban muy logrados, hubo momentos en los que estuvimos más perdidos que un daltónico jugando al parchís… Soluciones como la de que sólo hubiera un capitán por mesa, encargado de levantarse, duplicar los juegos con piezas en distintos colores por equipos, o intentar realizar el juego en otro horario, a puerta cerrada exclusivamente para realizar el juego, fueron posibles ideas que dimos para contrarrestar la posible “falta de orden” que pudo haber en algún momento. 

 

Resumiendo, que nos congratula ver cómo locales que se lo curran mucho apuestan por planes como este, del cual salimos más contentos que Froilán en una armería. Experiencia totalmente para repetir.

Y con todo esto cerramos nuestra review, de la mano de nuestras clásicas dedicatorias a: La Gramola (por el buen rollo que ahí se respira, y por llevar a cabo iniciativas tan chulas como esta), Alejandro Portaz (por ser el Krang de las Tortugas Ninja y manejar todo esto con un par), a Chicho Terremoto y sus 3 Puntos, y a la pared de Papel de Don Pinpón.

UN SALUDO, PITICLERS!!!