MINDTRAP ESCAPE ROOM
Érase una vez, Piticlers... Un grupo de impávidos pajaretes que hicieron equipo con esos juglares del escapismo que son Cazadores de Escapes, para vivir una aventura repleta de emociones, grititos, carreras y mucha diversión, en una sala a la que le teníamos más ganas que el Rey a su pasaporte y que nos hizo pasar un ratejo de lo más “malbien” que hemos vivido en tiempos.
Así que ataos bien las zapatillas (no es coña), acostumbrad vuestros ojos (los tres) a la oscuridad y no miréis atrás (es mejor), que allá vamos con nuestros habituales parámetros.
TRATO:
Los búhos ululan con 3 PUNTICLIS.
L@s chic@s responsables de El Bosque no sólo saben hacer bien lo que hacen muy bien, también nos hicieron sentir como en casa (o cabaña del bosque) al terminar la partida, con una charla de lo más amena y un detallazo para los Cazadores de Escapes en su sala 300 (ahí es na). Trato de los buenos que puso el colofón a una sesión muy buena.
AMBIENTACIÓN:
Cogemos el atajo de los 5 PUNTICLIS.
De quitarse el sombrero. Todo, desde la entrada, hasta la “explicación” del juego, el qué y el cómo está hecho, favorece que desde el minuto cero tengas esa extraña dicotomía entre excitación y culo apretado a más no poder. Muy, muy conseguida.
ATREZZO/DECORADO:
Seguimos el sendero de la mano de otros 5 PUNTICLIS.
Aún con el riesgo que corren salas así porque lo oído/leído con anterioridad pueda elevar el hype de lo que vamos a encontrar por encima de la realidad, en esta ocasión y aunque la primera impresión, siendo muy buena fue quizás un poco inferior a lo esperado debido precísamente a ese hype, TODO, absolutamente todo lo que ves, tocas, interactúas te transporta de una manera increíble por todos los recovecos de la historia, haciendo que la experiencia sea magnífica.
JUGABILIDAD:
Recitamos el “colorín, colorado” con los últimos 5 PUNTICLIS.
Al hilo de lo anterior, todo está genialmente integrado con la historia y su construcción, de manera que todos los jugadores tienen su momento de gloria (o de histeria) y todos tienen un papel que desempeñar, en un juego que sorprende por su fluidez con semejante grado de tensión. Todo un acierto el cómo está llevado el juego.
En definitiva, una experiencia (que no sólo un escape) que no podemos dejar de recomendar a todos los que paséis por la capital del reino. No os defraudará.
No queremos acabar esta vuestra review sin antes dedicarla Mindtrap Escape Rooms (de quitarse el sombrero, locos hijos de...), a los que siempre buscan el lado tétrico de los cuentos, a Cazadores de Escapes (más que honradísimos de haber vivido esta experiencia con vosotros, y enhorabuena otra vez) y a todos los que hacéis que esta rueda escapista siga girando.
¡Hasta la próxima, Piticlers!