HORROR BOX
Roguemos, Piticlers!
Hemos venido de viaje a Barcelona a disfrutar de la gastronomía y la fiesta, hasta que el cuerpo aguantara, pero los años no perdonan, y el cuerpo dejó de aguantar...
Todo se nubló, pero por “suerte”, despertamos en una mullidita cama, muy cómoda, pero inquietantemente estrecha. Un momento, casi no podemos movernos, estamos atrapados… en un ataúd! Que no nos den por muertos, que estábamos de parranda!
Tenemos que lograr salir antes de que el oxigeno se agote, pero como dijo Jack el destripador, vayamos por partes: comencemos a contaros toda esta claustrofóbica experiencia, con nuestros solemnes parámetros:
TRATO:
Nos reciben con unos grandes 4 PUNTICLIS.
Como en un buen tanatorio, el trato fue correcto y la atención recibida fue la necesaria. Tanto en el primer contacto, como en la breve charla postpartida. No obstante, detectamos que Horror Box, tiene un volumen de trabajo tan alto, que quizás pudimos echar en falta ese trato personal que hemos encontrado en otros escapes más humildes. Pero esta breve observación, no empaña una notaza muy alta en este apartado.
Otro aspecto a comentar, es que debido a política de la empresa, y a causa de la ley de protección de datos, desde hace un mes, ya no hacen la tan querida foto de la experiencia. Les comentamos si podíamos hacer una con nuestros móviles y firmando por escrito que cedíamos nuestros derechos, para tener el recuerdo y el material para nuestra web, pero nos repitieron que esto no era posible. Una pena estar delante del photocall y no poder utilizarlo.
AMBIENTACIÓN:
Repiten con 4 PUNTICLIS.
Puede que estemos ante la sala más original que jamás hayamos jugado, y ya las expectativas que se fraguan desde antes de reservarla, la sitúan entre las más TOP del panorama escapista siendo una cita obligada para cualquier amante de los escapes.
Pero este hecho, puede ser un arma de doble filo, puesto que un juego tan afamado, aún con todo lo original que sea, puede hacer que imagines cosas que no llegan a suceder.
Con todo esto, la ambientación es como debe ser: de las que comienzan nada más llamar al timbre, y con la posibilidad (que recomendamos) de poder personalizar algún detalle de tu propio entierro, como por ejemplo, la adecuada esquela de muerte. Si bien es cierto que si se pudiera adjuntar alguna foto para incorporarla tanto a la esquela, como al propio atrezzo del juego, el resultado sería aún más impactante.
Otro punto de mejora que observamos, fue el hecho de que el uniforme del GM era la clásica camiseta de Horror Box. Si en lugar de esto, fuera entrajetado (aun llevando el Logo de la empresa), o vestido de chófer de coche fúnebre, la sensación de ambientación sería aún mayor.
ATREZZO/DECORADO:
Recogen unos buenos 4 PUNTICLIS.
Aunque sea el escape más pequeño con el que nos hemos encontrado, los detalles del atrezzo del mismo están muy bien recreados, y el entorno queda de lo más real. Además hay varias referencias ambientales que le dan un plus de calidad al mismo, todo y que se le podría añadir alguna más que se nos ocurrió al acabar el juego.
JUGABILIDAD:
Finalizamos nuestra estancia con unos merecidos 5 PUNTICLIS.
Enigmas y acertijos muy acertados, utilizando el reducido espacio disponible de una forma magistral. Ningún “pero” que poner a un número adecuado de enigmas, en el tiempo planteado para el desafío: 30 minutos.
Nosotros, salimos en 28 minutos, no sin necesitar alguna pista, en una partida que se nos pasó volando.
En definitiva, una sala que teníamos pendiente desde hace un tiempo y a la que teníamos muchas ganas. Una experiencia de lo más original que os permitirá a tod@s l@s Piticlers vivir vuestro propio entierro.
No queríamos despedir esta vuestra review, sin antes dedicarla al Equipo de Horror Box (gigantes del escapismo sin lugar a dudas), a Este muerto está muy vivo (sólo a la primera peli, segundas partes casi nunca fueron buenas), a las fotocopias de Dragon Ball que intercambiamos en todos los coles, a modo de cromos, y a las Tortugas Ninja, por usar antifaces para que no las reconozcan pero luego son las únicas Tortugas Gigantes que hablan.
Descansen en paz, Piticlers!!