¡Buenos días-tardes-noches, Piticlers amantes de las series policíacas! 

Aquí estamos, subidos al coche patrulla (bueno, el de alquiler) para peinar las calles de Alcoy en busca de nuestra primera parada en la Ruta Escapista que hicimos este veranete. Una primera parada en la que, todo hay que decirlo, estuvimos más a gusto que unos abuelos a la sombra y pasamos un excelente ratejo.  Así que “sintocinad la arradio” con la Central, cuidado no os clavéis la chapa de agente donde no toca y ponedle el seguro a la pistola de agua, que vamos a empezar con nuestros habituales parámetros.

 

TRATO:

Nos dan la carpeta del caso con 5 PUNTICLIS.

No diremos nada más allá de lo que tenemos que decir; y lo que tenemos que decir es que nos quitamos el sombrero (o la gorra de policía, o lo que sea). Desde los días previos a la sesión, con los contactos y correos (un saludo, Vanessa, Paco, Javi  y compañía. Gracias otra vez por todo) hasta la charla post-juego y aún más contactos los días posteriores, fueron ejemplo vivo de que la profesionalidad no tiene que estar reñida con la cordialidad. Gente que sabe lo que hace, le gusta lo que hace y así lo quiere transmitir. Y se nota. Mención también para Eric, nuestro GM para la ocasión, que hizo ya que desde el minuto menos uno entráramos en el juego y nos pastoreó mejor imposible. Genial.

 

AMBIENTACIÓN:

Nos llaman por radio con 4 PUNTICLIS.

Como ya hemos comentado antes, y recordando que siempre escribimos desde nuestra experiencia personal el día del juego, gran parte de la culpa de meternos tanto en situación la tuvo Eric, el GM, que desde que pusimos un pie en la entrada ya lo tenía todo controladísimo para lograr que nos metiéramos en harina. La puntilla la pone la sala en sí, con algún que otro soporte con el que ya estás metido en la historia y listo para ejercer de investigador.

 

ATREZZO/DECORADO:

Interrogamos a los sospechosos por otros 4 PUNTICLIS.

Las temáticas de las salas pueden estar más o menos vistas, más o menos revisitadas... Pero eso no quita que algo, no por ya visto, deba ser menos atractivo. Todo lo que ves cuando empieza el juego (y lo que no ves), todo lo que está, y cómo está, tiene su función en el juego, y no sólo es que te creas que estás en las oficinas de un inspector algo maniático. Que te lo crees. Y mucho. Los elementos están integrados de forma que juegan contigo, y eso es de agradecer.

 

JUGABILIDAD:

Entregamos el informe del caso con de nuevo 4 PUNTICLIS.

A todo lo anterior, hay que sumarle la sensación de que todo está más repartido que en el New Team de Oliver Atom; sala muy bien pautada en relación tiempo de juego-carga de trabajo, todos los jugadores tiene posibilidad de “su momento de gloria”... Por poner un “pero”, enigmas y acertijos, aunque diferentes entre sí, algo condicionados por la sala en sí y su temática, pero no por ello menos disfrutable.

 

En definitiva, una pequeña joyita muy disfrutable a una horita y poco de Valencia, donde el entretenimiento está asegurado. Hay últimamente mucha tinta corriendo sobre qué es una sala “top”... Claro que hay salas mejores o peores (bajo tu punto de vista), que inviertan más o menos en mecanismos, props, arduinos y demás... Desde nuestra humilde opinión, si nos lo hemos pasado bien, el juego ha sido fluido y la sensación general buena, salgamos o no salgamos, la sala merece la pena. Y SKPmania la merece.

 

No queríamos finalizar esta vuestra review sin antes dedicarla y volver a dar las gracias a SKPMANIA (socios y GM, sois más bonicos que las pesetas rubias), al Capità Moro de Alcoy, al dragón que fue asesinado por Sant Jordi (¿Por qué nadie nunca piensa en el dragón?) y al sargento de Canción Triste de Hill Strret. Tengan cuidado ahí fuera.

 

Hasta la próxima, Piticlers!