ONESCAPE
¡Ciberbuenos días, Piticlers informáticos!
Aquí volvemos a colarnos en vuestro hardware (sí, suena sucísimo) para descargaros un día más una review en modo Tester. Nada menos que la sala de inminente apertura El Casco Alado, de Onescape Escape Room Ontinyent, un juego que aventuramos desde YA que va a dar que hablar y a gustar más que cuando se filtran fotos guarris de tal actor o presentadora. Como ya sabéis, en las reviews modo Tester no utilizamos nuestros habituales parámetros, pero no por ello vamos a dejar que el teclado de nuestro Commodore eche humo comentando esta cosica que empieza a dar sus primeros pasos.
Vicent y Miquel, los padres de la criatura y gente que nos pareció más maja que el logo de Panda Antivirus (es un oso panda, joé, tenían ganado al público desde el principio) son de los que se nota que les gusta jugar a esto, primero de todo, y que las cosas quieren hacerlas bien, lo segundo (y más importante). Esto último puede parecer una perogrullada pero, estando en este mundillo escapista, y lo decimos sin querer atacar ni menospreciar a nada ni a nadie, todos hemos visto salas/negocios/juegos/gente que han entrado a la rueda del negocio sin la afición o la querencia que (pensamos) debería acompañar a esto. De nuevo, no nos entendáis mal; si uno se monta un negocio es precisamente para obtener un beneficio (de ahí la palabra “negocio”) y hay cositas echas así que han resultado y están resultando muy bien, pero se nota cuando has puesto el alma y el corazón en algo. Y Vicent y Miquel han puesto gigas y gigas.
Queremos destacar también su valentía a la hora de elegir una temática que se aleja de lo que parece que está siendo la norma este último año (y pico). El público (entre el que nos incluimos) pide y el creador da, por supuesto, pero no deja de ser un soplo de aire fresco cuando ves que nacen salas que se alejan un poco del MiedoMisterioTerror que viene siendo habitual; y cuando encima lo hace con una temática que puede parecer ya manida y usada, pero de una manera muy atractiva, a nosotros por lo menos nos funciona. Y mucho. La sala, sin espoilear a nadie, entra ya con una ambientación para que vayas calentando acorde con la temática. No será la mejor que hemos visto, pero que pasa con nota el hecho de prepararte para lo que viene justo después, consiguiendo una puesta en escena y una inmersión muy logradas. El decorado de la sala es lo que a priori puede parecer más “normalito”, pero entendemos que no deja de ser lo que la ambientación dicta, y nos consta que están mejorando cosas de atrezzo. Sin olvidar que los engimas están perfectamente integrados. El juego nos resultó muy fluido, no teniendo en ningún momento la sensación de ir a trompicones o de no saber qué hacer o hacia dónde dirigirte, lo cual no quiere decir que supieras evitar fácilmente los obstáculos, por mucho que tuvieras el camino. Aúnan muy bien enigmas y puzles de toda la vida con otros más “cibernéticos”, cosas originales y muy bien pensadas y alguna que otra sorpresa, que hace que todo el equipo disfrute en su momento y por igual y que pases un ratejo tan chulo como Neo, justo antes de decir lo de “Ya sé Kung-Fu".
En las reviews modo Tester no nos gusta calificar con nota, como ya sabéis, pero sí con una palabra que englobe o represente nuestra experiencia particular; y esa palabra es DESCUBRIMIENTO.
Para nosotros ha sido todo un descubrimiento, la constatación de que, por muy tonto que pueda sonar, no sólo de grandes capitales viven las salas de escape; lo pasamos muy bien descubriendo de nuevo una temática que pensábamos que ya había dicho todo lo que tenía que decir y afortunadamente no es así; y todo un descubrimiento no ya por los padres de la criatura, sino también porque antes del testeo tuvimos la suerte de compartir mesa y mantel con Gatomantes Escapers, grupo que a buen seguro conoceréis y a quienes por fin pusimos cara, risas y anécdotas.
No queremos despedir esta vuestra review sin antes de dedicarla a Miquel y a Vicent, alma y corazón de Onescape, a quienes deseamos toda la suerte del mundo, a Gatomantes Escapers por hacernos sentir como si nos conociéramos desde el parvulario, a los que aún seguís utilizando Internet Explorer (quizás en Mayo leáis esto) y a los “jaquers” informáticos de mercadillo.
¡Hasta la próxima, Piticlers!