BLACK ROSE VALENCIA
¡Ah, del castillo, Piticlers!
Aquí venimos, sanos y salvos (o tal vez no tanto) a glosaros nuestra última gesta escapista, disfrutar de La Maldición de la Rosa Negra, de Black Rose Valencia. Si no nos engañan las cuentas, la última (por ahora) sala de Valencia ciudad que nos faltaba por hacer, y en verdad os decimos que la “gosamos” como si fuese la primera, tanto por nuestro espíritu juvenil como porque la sala realmente es una delicia muy disfrutable. Pero ya basta de cháchara, así que afinad vuestro laúd, ceñíos el peto de cuero tachonado y afilad vuestras ganzúas, que vamos con nuestros habituales parámetros.
TRATO:
Los juglares nos deleitan con la canción de los 5 PUNTICLIS.
Y porque no pueden ser más. Atentísimos desde los contactos previos hasta la conversación post-juego y más allá, pasando por todo lo que se supone que hay entre medias. Con tratos así, nunca nos cansaremos de decir que ya entras a la experiencia con un no sé qué que qué se yo, que te predispone de una manera muy positiva.
AMBIENTACIÓN:
En la posada nos cobran 3 PUNTICLIS por pasar la noche.
Sabemos que nos repetimos más que el Dúo Dinámico con el Resistiré cuando nos referimos a este punto y su importancia para nosotros. Habrá que querernos igual. Y no es que sea una mala introducción al juego, ojo. Ni mucho menos. Está bien contada y con la suficiente “transcendencia” para que ya estés donde estás, y nos consta que van a implementar elementos y arreglos, que no han podido antes por “La maldición del Covid-19", que harán que este punto sea más redondo de lo que ya es.
ATREZZO/DECORADO:
El puente levadizo se posa con el estruendo de los 4 PUNTICLIS.
Todo muy acorde, acordísimo, con lo que te han contado antes y con la naturaleza de la historia, así como con los enigmas y juegos. Una sensación más buena que insertar el USB a la primera, que no se lleva la máxima puntuación porque pensamos que siempre se puede llegar más lejos, cosa que en la charla posterior ya nos quedó claro que piensan igual y que irán viniendo más cositas.
JUGABILIDAD:
La música épica vuelve a sonar con un compás de 5 PUNTICLIS.
Aquí hemos tenido un poco de dicotomía (en buena lid, nos vayáis a pensar); A ver si nos explicamos: Como hemos dicho en el punto anterior, nada chirría y está en perfecta consonancia tanto con la historia como con los enigmas y juegos que se presentan, todo lo que ves, tocas, accionas y haces tiene que ver y está muy bien relacionado. El juego es fluido y muy ameno pero, y es un pero para los escapistas amantes de los grandes desafíos, no es una sala difícil, tal y como se entienden ahora muchas salas y sus juegos. Repetimos que es una sala muy fluida con, quizá, un número muy ajustado de enigmas no demasiado complicados, que aún así supondrán un reto y sobre todo no ralentizarán el ritmo del juego. Nosotros entendemos que una sala puede tener enigmas simples en su sencillez y presentar un reto y un buen juego. Y Black Rose lo hace. Además, tienen preparadas más cositas para dar la oportunidad de “complicar” un poco más la maldición, si se diera el caso.
En definitiva, una sala de lo más disfrutable, en la que los amantes de la épica de aventuras caballeresca (qué relamido queda, joé) disfrutarán más que Geralt de Rivia poniendo cara de estreñido.
No queríamos acabar esta vuestra review sin antes dedicársela a Black Rose Valencia (os deseamos la mejor de las suertes), a Los Caballeros de la Mesa Cuadrada y a sus cocos, a todos los escapistas que veis más sentido común en encerraros con cuatro amigos que en estar en un pub a rebosar de gente sin mascarilla, a los dueños de salas y GMs (sólo Eru sabe el esfuerzo que estáis haciendo) y a los que os pasábais el Ghost and Goblins con sólo una moneda de 25 pesetas. Sois héroes.
¡Hasta la próxima, Piticlers!