CONUNDRUM ESCAPE ROOM
Cantidubi de saludos, Piticlers!
Volvemos a encontrarnos, esta vez con nuestras zapatillas de lona, hombreras, tupé (el que lo tenga) engominao y permanentes a go-go, para hacer referencia a nuestra estupenda experiencia tester en Escape Conundrum, probando Stranger Cases, su nueva creación que ya venía provocando (y pensamos que sobrada de razones) más hype que cuando encontrabas una cinta del videoclub rebobinada.
Como ya es habitual, al ser una Review en modo Tester no incluiremos nuestros habituales parámetros, ni la “rankingearemos” (o como se diga) en nuestra humilde (y personal e intransferible) clasificación, pero eso no quita que no queramos dedicar unas líneas a hablar de este bebé, que estamos seguros que crecerá fuerte y sano.
El equipo de Escape Conundrum, capitaneados por Jose, ha sabido primeramente optimizar al máximo los recursos y el espacio del que disponían; recordemos que anteriormente tenían las salas La Tumba del Faraón y ¿Dónde está Ryan Brown?, actualmente ya cerradas ambas dos y sustituidas por Psyquiatricum (si no la conocéis, ya tardáis, os dejamos la review en su mismo nombre) y ahora en breve por el caso que nos ocupa, Stranger Cases (seguimos pensando que Cosicas Raras tiene su “punch” también...), reconvirtiendo el espacio del que disponen, de una manera muy inteligente, en una suerte de vivienda de Hawkins donde todo puede pasar. Y pasa.
Empecemos diciendo que, si has seguido o sabes del entorno de la serie de la que estamos hablando, vas a disfrutar más que Jorge Javier Vázquez en Sálvame deLuxe. La sala aúna elementos puramente ochenteros con cosas que has visto o que perfectamente podrían estar en la serie, teniendo en todo momento la sensación de estar en uno de sus capítulos y en esa década que tanto nos motiva a algunos. Todo, desde la ambientación hasta el atrezzo, pasando por la manera de resolver muchos de los enigmas te hacen sentir así. Y si no eres fan de la serie o no la has visto, raro sería que no encontraras cuanto menos interesante lo que vas descubriendo.
En cuanto a los acertijos en sí, recalcar lo integrados (como debería ser siempre) que están con la ambientación y la historia, además de alguna sorpresa final. Por poner un “pero”, aunque está pensada para una hora, a nosotros se nos quedó algo corta (igual es que jugamos como nunca, quién sabe) y uno o dos enigmas más no le vendrían mal para darle más sensación de “rush”; pero nos consta que ya están trabajando en mejorar, aún más si cabe.
En las reviews modo tester, no nos gusta calificar con nota, pero sí con una palabra que represente o englobe nuestra experiencia en esta sala, y la palabra elegida en esta ocasión, es SABOR. En La Fuga de Piticli nos ha parecido la mejor manera de describir lo vivido “en Hawkins” y el buen sabor de boca que deja a los que valoramos que una sala de escape te rompa el cráneo, sí, pero sobre todo que te creas que donde estás es realmente lo que pretende emular; el sabor ochentero que siempre nos gusta; ese sabor a película/serie/libro/whatever de aventuras con las que hemos crecido y, por encima de todo, el sabor a algo bien cocinado, bien hecho, sin prisa pero sin pausa, reinventándose y disfrutando con lo que hacen y de la manera en que lo hacen.
Queremos acabar esta review dando las gracias principalmente a Jose y a todo el Conundrum Team detrás de las cámaras, por su confianza y por la manera que tiene de hacer las cosas (así da gusto), a la Concejalía de Turismo de Hawkins (que llevan tres añitos algo convulsos), a Wynona Ryder (la queremos adoptar como madre) y a los teóricos de las conspiraciones, que ese hombre del periódico y el sombrero no te esté mirando realmente a ti...
¡Hasta la próxima, Piticlers!