Bienvenidos, Piticlers, vengáis de la galaxia que vengáis.
Llevaba tiempo (casi desde que disfruté la película el fin de semana de estreno) pensando si merecía la pena escribir estas líneas. Mucho, demasiado, se ha escrito ya sobre el tema, tanto bueno como sobre todo malo. Y creedme que mi intención no es evangelizar a nadie ni imponer mi opinión o mi visión sobre nada... Pero bueno, al fin y al cabo, como estamos en el Borde Exterior de MI galaxia, me he decidido a hacerlo. Que sea mi galaxia no quita, por supuesto, a que los imagino que pocos,(pero eso hace que os quiera más) que podáis pasar por aquí tengáis la total libertad para resoplar con desprecio sobre lo que vais a leer, sabéis que sois más que bienvenidos.
No voy a hablar de las carencias que esta película tiene (sí, las tiene, y muchas, demasiadas) a nivel de construcción, ritmo, trama, personajes que no acaban de decir “hola” y ya se están yendo, otros que no deberían haber estado nunca (me caes bien, Rose, pero no era ni tu momento ni tu lugar)… No tengo la necesidad de desmontarle nada a nadie; para mi, muchos de los cómos y los porqués tienen su justificación, precisamente dentro de ese universo que muchos decís que se ha visto “traicionadovioladovendido”. Estoy abiertísimo a hablar tranquilamente con cualquiera de vosotros, por aquí, por FB, Instagram, o mejor, con un café delante cuando tengáis a bien.
De lo que quiero hablar es de la sorprendente incapacidad que ha mostrado gran parte de la población para disfrutar con algo que no es tuyo, ni mío, ni siquiera de Geroge Lucas (dejó de serlo, por mucho que luego siguiera capitaneando la nave, cuando vendes tu idea a un estuido y luego a otro más grande, por mucho que luego reniegues, George), algo que es más grande que todos nosotros, que ha significado para la historia del cine y de las artes en particular un hito que pocas veces se va a lograr (o que lo veamos) y que cuando muchos de nosotros, adoradores, haters o meros DISFRUTADORES, así, en mayúsculas ya no estemos por aquí, seguirá estando presente y marcando un antes y un después.
Me considero afortunado por haber visto todas, absolutamente TODAS las películas de esta saga con una sonrisa de oreja a oreja de principio a fin. A lo mejor es que le pido poco a la vida. A lo mejor tú le pides mucho, o pones tu energías en pretender saber más que gente que ha parido y vivido de esto desde que tus padres eran pequeños. A lo mejor no tendrías que prentender hacer tuyo algo que no lo es, que puede que no sea tu idea de lo que debería haber sido, de cómo “viviste el espíritu de Star Wars e los 70-80". Por supuesto que no son las mismas películas, están hechas para gente que tiene ahora la misma edad que tenías tú cuando las viste, no seas cuñado.
Lo bueno de todo esto es que, siempre bajo mi punto de vista, podrán cambiar los efectos, los personajes (sí, esos que decís que no tienen carisma ninguno, precisamente lo mismo que decían de Hamill y Fisher cuando se estrenó Una Nueva Esperanza), pero el espíritu de la saga sigue más que intacto. Y de verdad que siento (algo, tampoco mucha) lástima por aquellos que no han sabido, o no han querido, verlo y disfrutarlo.
Disney tiene mi beneplácito para que sigan sacando películas, series y lo que haga falta (tampoco es que lo necesiten, son sus personajes). Allí estaré para disfrutarlas.
La Fuerza os acompañará siempre, Piticlers.