SKRAP ESCAPE BURRIANA
Nada por aquí, nada por allá... Y aparecemos ante vosotres, Piticlers de bien, agitando el kleenex usado que mágicamente se convierte en la review de nuestra visita a Mystery, de Skrap Escape, en Burriana. Una sala que, por mucho que nos fijamos, no conseguimos verle el truco y nos dio una sesión de espectáculo que ni las de Claudia Schiffer a David Copperfield. Así que ajustaos bien la chistera, poned los ases en el reverso de la mano y vamos con nuestros prestidigitadores parámetros.
TRATO:
Consiguen que fijemos nuestra atención con 4 PUNTICLIS.
Nada que objetar por parte de Carlos (corazón y varita de esta pequeña maravilla) y sí mucho que agradecer a la manera de ser recibidos (ya metidos en harina) y al post juego. Y al post-post juego 😊, que hizo que el principio y el final de este espectáculo mantuviera una línea muy acorde con todo lo que vivimos dentro. Así da gusto.
AMBIENTACIÓN:
El truco inicial es digno de 4 PUNTICLIS.
Como hemos apreciado, se nos recibe ya “enjugados”, por así decirlo. Sin dejar de ser una inmersión sencilla para lo que es la sala y su temática, no deja de ser muy resultona y consigue transmitir lo suficiente para que ya empieces como si estuvieras en la segunda o tercera cita. Claro ejemplo de que muchas veces no es por falta de medios o soportes para que este punto sea un win-win.
ATREZZO/DECORADO:
La varita se agita y surgen de la nada otros 4 PUNTICLIS.
Muy de la mano del siguiente punto, pero es que la sala es un elemento más del juego, por no decir “EL” elemento. No te supone ningún problema “invertir” los primeros minutos buscando cosas, sí, pero básicamente disfrutando de todo lo que ves y cómo lo ves, porque es una delicia cómo y de qué manera te encuentras lo que te encuentras. Una tienda hecha para el mágico disfrute, sin duda.
JUGABILIDAD:
Nos arrancan la ovación final con 5 PUNTICLIS.
Jugar, jugar y jugar. Eso es lo que consigue esta sala, sobre todo con el anterior punto y este último, en el que todo va in crescendo como una actuación de Juan Tamarit cuando iba subiendo la voz. Los juegos, integrados, cooperativos y divertidos, hasta llegar al mágico (nunca mejor dicho) final, donde todo llega a su culminación y hace que la sonrisa que has llevado durante toda la hora se acentúe aún más.
En definitiva, una sala muy pero que muy disfrutable que hará las delicias tanto de los que venís por los retos, como por disfrutar de una sala mágica de verdad.
No queríamos despedir esta vuestra review sin antes dedicarla a Carlos, de Skrap Escape Burriana, por su gran sala y por el buen ratejo que nos hizo pasar durante todo el día, a les amigues que, no importa dónde estén, cuando te hacen falta hacen “chas” y aparecen a tu lado, a la Estatua de la Libertad, que aún recuerda el susto que se llevó cuando David Copperfield la hizo desaparecer y a quienes seguís creyendo en la magia de los Escapes.
¡Hasta la próxima, Piticlers!